Las ventajas de tener familia influyente en la política poblana…¡Que viva la impunidad!
La noche del pasado jueves le dieron una brutal golpiza a un joven a las afueras del bar Polanquito, en San Andrés Cholula, y resulta que uno de los agresores es nada mas y nada menos que el hijo de la coordinadora de Comunicación Social y Agenda Digital en la gestión del gobernador Miguel Barbosa, Verónica Vélez Macuil.
De hecho, por las influencias que todavía tiene su mamá en el gobierno del estado, y el ayuntamiento de San Andrés Cholula, su hijo César Vélez Macuil, quien es el gerente del Bar Polanquito, no fue molestado, ni sus cadeneros detenidos, no obstante la paliza que éstos le dieron y que fue grabada y reproducida en varias plataformas digitales.
Horas después de esa agresión, ocurrida en un antro de la 14 Oriente o Antiguo Camino Real a Cholula, en la parte posterior de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), César generó otro conflicto por el que fue detenido, enviado a las instalaciones de la Policía Municipal de Puebla y más tarde trasladado al Complejo Metropolitano de Seguridad C5 de Cuautlancingo, en donde permaneció 48 horas.
Alcoholizado, el hijo de la excoordinadora de Comunicación Social quiso ingresar al fraccionamiento de su expareja, los vigilantes le negaron el acceso y éste montó en cólera y agredió a uno de ellos a golpes, insultos y echándole el auto, por lo que más tarde cuando lo trasladaron a las instalaciones de la Policía Municipal en Rancho Colorado fue acusado de lesiones e intento de homicidio.
Por cierto, el vehículo que conducía, un Sentra color azul eléctrico, aún sigue detenido en el corralón de la Policía Municipal; este auto que antes estuvo en posesión del hijo del extinto gobernador Barbosa, Miguel Barbosa Orozco, le fue obsequiado a Verónica Vélez por el propio exmandatario y ésta se lo regaló al mayor de sus hijos.
La golpiza al joven del bar Polanquito y la agresión al guardia del fraccionamiento Santo Domingo no son los primeros hechos violentos en que se vio envuelto César Vélez, y de los cuales fue rescatado por su influyente madre.
Antes pateó a un futbolista en la cara, en un partido de soccer, y golpeó a su expareja a la que también le destruyó, en un accidente de tránsito su automóvil, que manejaba en estado de ebriedad.
En ambos incidentes su madre costeó la reparación de los daños, alrededor de cien mil pesos por cada evento.
Lo mismo sucedió con el vigilante del fraccionamiento Santo Domingo, quien exigía 300 mil pesos para otorgarle el perdón, lo que ocurrió hasta el sábado o domingo una vez que Verónica Vélez pagó una tercera parte de esa suma.
Antes de asumir la gerencia del Bar Polanquito, César Vélez trabajó en otros antros del mismo dueño, entre ellos Rosalía ubicado en la avenida Juárez de Puebla capital, y Cantaritos que tiene tres establecimientos, uno en la misma avenida Juárez, otro en Sonata en Lomas de Angelópolis y un tercero en Cholula.
Dichos antros tienen como dueño a un tal Josué, quien se hizo amigo de César Vélez en el gimnasio Strength Fit Fitness Center, localizado en la Plaza Kentro de la Vía Atlixcáyotl, frente al hotel Camino Real, cuando aquél laboraba en SICOM y su madre era la vocera del extinto gobernador Barbosa.